Quiero contarles que en las últimas semanas se me han aparecido estos amigos siempre inoportunos y nunca invitados.
Esta vez se me han presentado por medio de varias personas con las que he estado conversando. Cada uno de ellos está en distintas etapas de su carrera; emigrando a otro país, buscando un nuevo empleo, queriendo emprender, asumiendo nuevas responsabilidades o viendo el día pasar detrás de una pantalla haciendo “algo” que está lejos de darles sentido, pero que al menos “les da para comer”.
Y cada uno de estas personas tienen algo en común: cada una de ellas reconoce que tiene miedo de hacer algo distinto, de dar un paso en otra dirección, de equivocarse, miedo al fracaso, al qué dirán, de perder dinero o tiempo, de no saber cómo enfrentar un nuevo camino, de perder status o reconocimiento, de perder incluso amigos porque ya no tienen ese súper cargo de gerente que tenían antes, entonces si lo confiesan ya no los invitarán a jugar golf como antes.
Todas reconocen que no están plenas y felices en la situación en que están o al menos reconocen que saben que podrían estar mejor pero hay “algo” que los ata y que no los deja avanzar.
Son sus miedos. Sus miedos a lo desconocido, a lo que está por venir, a lo que podría pasar.
Y el miedo más grande es a mirarse a sí mismos.
A reconocerse como personas comunes y corrientes, con defectos y virtudes, con capacidad de equivocarse y salir adelante, con sueños y frustraciones, posibilidades y realidades, con asumirse como son y despegar nuevamente con lo que tienen y con todo lo que pueden construir.
¡Pero es que el miedo siempre ha estado presente en nuestras vidas! TODO lo que hemos logrado en la vida, familia, trabajo, hijos, matrimonio, nuevas responsabilidades, aventuras, lo hemos hecho con alguna cuota de miedo.
¿Acaso cuando escogiste tu profesión, apenas a los 17 -18 años, tenías total certeza de que estabas en lo correcto?
¿No te dio miedo decir que “sí” ante tu esposo o esposa, “para toda la vida”?
¿No tuviste miedo cuando tu primer hijo lloraba toda la noche y no sabías cómo diablos calmarlo?
¿Cuando asumiste como Gerente de tu área y tuviste que hacerte cargo de miles de dólares, además de un grupo de personas?
¿No te dio miedo enfrentar el futuro cuando decidiste cerrar tu negocio de años porque la globalización y el retail no le dio espacio?
Y así ha sido. Nos hemos lanzado al vacío con tantas certezas como inseguridades. No se trata entonces de superar los miedos desde la cabeza o pasarse años en terapia para ver de dónde vienen. Se trata de asumirlos e identificar de qué peligro nos están avisando para tomar el mejor camino posible. Más que mal la función vital de los miedos es protegernos de los peligros, entregándonos información importante para orientar la toma de decisiones.
Se trata entonces de tomarlos como amigos y no como enemigos, no luchemos con ellos, sino que hagamoslos parte de nuestra propia causa y tomemos lo mejor que nos puedan dar.
Así como en la película animada Intensa -mente, donde Tristeza tuvo un papel protagónico para salvar a Riley y hacerla volver a casa, los miedos nos dan la oportunidad de reflexionar un poco más acerca de nuestras decisiones y las opciones que tenemos.
Y no olvidemos a Nelson Mandela cuando nos dice:
“Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados. Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos sin límite. Es nuestra luz, no la oscuridad lo que más nos asusta. Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso? En realidad, ¿quién eres tú para no serlo?”
¿Y en tu caso? ¿cuáles son los miedos que has enfrentado cuando has tomado decisiones importantes en tu vida?
Por Lorena Núñez J.
PD: Si te interesa conocer más de este tema y estás buscando una ayuda profesional, puedes conversar conmigo. Escríbeme a contacto@moverepersonas.com
6 thoughts on “Hacerse amigo de los miedos, es la mejor opción si queremos avanzar”
Miedo al cambio de trabajo ya que siempre he trabajado en una sola área, y para la edad que uno tiene se es mas dificil encontrar trabajo en la nueva area que estoy estudiando.
Hola Mauricio, te entiendo 100% no es fácil cambiar y empezar todo de cero cuando hay camino recorrido. Lo mejor es tomar lo que mejor que tu tienes y que sabes hacer y cambiar sólo los aspectos de tu trabajo qye no te gustan. No se trata de cambiar todo, sino que de ajustar tu trabajo a lo que más te gusta. Un saludo, Lorena
Genial artículo. Mi visión es intentar hasta que el miedo te tenga miedo. Solo así podrás enfrentarte a la infinidad de tu luz.
Saludos!
Qué buen aporte Claudia, grandes palabras!
Miedo a lo que está afuera de la zona que conozco
Es el miedo a lo desconocido, que todos tenemos presente siempre… Gracias Gabriel por tu aporte